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En el trabajo, a menudo se piensa que el coeficiente intelectual es el factor más importante para el éxito. Pero en realidad, la Inteligencia Emocional -cómo procesas, utilizas y controlas tus emociones- puede llevarte mucho más lejos, dicen los expertos.

Contrólese antes de naufragar

"¿Qué es realmente la Inteligencia Emocional? ¿No es pseudociencia? ¿Y cómo me afecta a mí en el trabajo?", puede que pienses.

En primer lugar, ¡buenas preguntas! Y muy inteligente por tu parte ser un poco escéptico sobre el lenguaje y la terminología utilizados por los no científicos. Por tanto, compruebe si sus fuentes citan a expertos reales. Psicólogos licenciados o investigadores en psicología, en este caso.

¿Qué compone la Inteligencia Emocional?

Después de una breve investigación de escritorio, usted encontrará: La Inteligencia Emocional ha llegado para quedarse. Es una respuesta establecida a la medición del CI, y el resultado de cientos de años de búsqueda de cómo definir la inteligencia. El CI simplemente no lo abarca todo.

Si buscas EQ en Google, encontrarás más artículos de los que puedas leer. Pero una vez que hayas visto unos cuantos, estarás de acuerdo en que los últimos modelos de ecualización -inventados y utilizados sobre todo desde los años 90- se parecen mucho entre sí.

Mientras que algunos afirman que la Inteligencia Emocional tiene que ver con la "autoconciencia", la "autorregulación", la "motivación", la "empatía" y las "habilidades sociales", otros, como Mayer, Salovey y Caruso (2002) presentan la siguiente lista:

  • Percibir las emociones
  • Facilitar el pensamiento
  • Comprender las emociones
  • Gestionar las emociones

No hay mucha diferencia, ¿verdad? Los investigadores que idearon esta última incluso inventaron una herramienta para medir la Inteligencia Emocional. ¡Genial!

Un hombre sentado frente a su terapeuta en una habitación casi vacía con un viejo suelo de madera.

Medición de la Inteligencia Emocional

¿De qué sirve hablar de tus capacidades si no puedes compararlas con las de los demás? En otras palabras: ¿cómo saber si una puntuación es alta o baja? Necesitamos una norma para medir esas cosas.

Como ya hemos mencionado, existen pruebas como el Test de Inteligencia Emocional Mayer-Salovey-Caruso (MSCEIT). ¿Cómo funciona? Pues, en pocas palabras: haces cosas, mientras te observa un profesional de la salud mental.

Con los resultados de tu test de Inteligencia Emocional, tendrás herramientas para trabajar en tu Inteligencia Emocional, si lo deseas, o para tomar decisiones en consecuencia, como elegir un trabajo diferente o gestionar las expectativas.

Por ejemplo: si no obtienes buenas puntuaciones en la parte de "empatía" de la Inteligencia Emocional, pero eres un genio en "autorregulación", puede que seas más apto para trabajar como analista de negocio que para dirigir un equipo.

Consejos para mejorar la Inteligencia Emocional

Sean cuales sean tus resultados, siempre puedes mejorar tus habilidades. Por ejemplo, la Inteligencia Emocional en general o las "habilidades sociales" en particular.

Aquí tienes 3 consejos rápidos que te ayudarán en el trabajo.

Consejo 1: Conócete a ti mismo

Practica el autoconocimiento. Identificar tus emociones puede ayudarte a evitar sentirte superado por ellas. Así que intenta pensar en lo siguiente:

  1. ¿Qué sientes?
  2. ¿Cómo responde su cuerpo?
  3. ¿Qué palabras conoces que sean aplicables a tus sentimientos?
  4. ¿Qué estabas haciendo, que puede haber desencadenado esa emoción?

No hay emociones equivocadas. Simplemente reconócelas y probablemente sentirás más espacio para hacer lo que te plazca, en lugar de lo que sientes que debes hacer.

Una mujer se mira en un espejo redondo que ella misma sostiene.

Consejo 2: canalice sus emociones

Cuando se siente una emoción, no siempre es la mejor idea expresarla toda inmediatamente. Al menos, no en todas las culturas. Así que identifica tus emociones, decide si es apropiado y actúa en consecuencia.

Consejo 3: Reconocer las emociones en los demás

Aprende a entender cuándo alguien está dolido, triste o simplemente feliz y actúa en consecuencia.

Cuando no te parezca apropiado comunicarte con otras personas a tu alrededor, tal vez un auténtico mensaje de texto haga el trabajo, después. Puedes describir lo que has visto y comprobar si tu interpretación es correcta. Después, comparte tu deseo o simpatía.

No rehúyas interacciones valiosas u oportunidades de aprendizaje como éstas. Los pequeños gestos pueden tener un gran impacto. Para ellos y para ti.

Arjan van Rooijen